domingo, 17 de octubre de 2010

REVISANDO LOS PROCESOS PEDAGÓGICOS


Denominamos procesos pedagógicos a las situaciones favorables que el docente genera, dentro o fuera del aula, para promover aprendizajes de calidad.

MOTIVACIÓN

Se puede hablar de motivación desde dos perspectivas: una que tiene que ver con crear un clima favorable para el aprendizaje, disponer al estudiante para que se sienta cómodo y con actitud positiva frente al hecho de aprender; y otra que tiene que ver más con el proceso mismo

de aprender.

El primero se refiere a todas aquellas técnicas, estrategias o recursos que cualquier docente debe dominar para disponer el ánimo de sus estudiantes. Juegos, dinámicas, recursos materiales, movimiento, sonido, ejercicios grupales, son los elementos más conocidos

de esta actividad. Son realmente importantes para “despertar” al estudiante y desarrollar su capacidad de ubicación temporal y espacial, su estado anímico y fortalecer sus actitudes positivas frente al aprendizaje, además de que realmente son ineludibles si tenemos en cuenta que tenemos a niños y jóvenes, de increíble vitalidad, prácticamente “encerrados” en un aula por largas horas.

La “otra motivación” se refiere más a la primera etapa, indispensable para que se dé el aprendizaje, al primer paso que debe contener cualquier sesión de aprendizaje si el docente quiere de verdad que sus estudiantes aprendan.

Motivar es despertar la curiosidad del estudiante por lo que va a aprender, es buscar que se interese por lo que va a aprender de tal manera que se sienta con expectativas de ahondar más. Dependerá de la agudeza del docente para captar cuál es el ángulo más inquietante o atractivo para sus estudiantes y poder entrar por ahí a dicho contenido, tema o asunto. Unas v

eces será una pregunta, otras veces un reto o problema por resolver, otras una controversia que se genera en torno al tema, un caso de la vida real, una situación hipotética, una lectura, el acercamiento a una realidad relacionada..., existen muchos recursos para motivar. Tal vez como regla de oro podríamos decir que la motivación que siempre surte efecto es aquella que vincula el nuevo conocimiento con la vida práctica, si el estudiante percibe que lo que va a aprender le servirá para algo, aunque sólo sea para comprender mejor algo que le interesa, se sentirá motivado.

Es importante tener presente en

la motivación, lo mismo que para los otros procesos, que no se trata sólo de realizar una actividad por cumplir con un paso, sino que el desafío para el maestro es encontrar la actividad apropiada que sea capaz de despertar en el alumno lo que este paso se propone.

La motivación se debe reforzar a lo largo de todo el proceso de aprendizaje, pues debe estar presente en cada actividad a desarrollar. La conclusión satisfactoria de una tarea actúa como reforzador de la motivación, por lo que el docente no debe escatimar palabras de felicitación y aliento, y debe revisar las tareas que se van terminando, tanto en forma grupal como individual. Depende t

ambién del maestro hacer del error algo constructivo y motivacional, todo dependerá de la actitud que se asume frente a él: si se censura y se califica con adjetivos o símbolos negativos tendrá una connotación desagradable y anulará en la mayoría de estudiantes la motivación; en cambio, si se lo toma como una ayuda para saber cómo puedo perfeccionar mis desempeños, como algo que me ayuda a ver lo que me falta y a ponerme nuevas metas, puede convertirse en un

buen estímulo de superación y de motivación para el aprendizaje.

Alumnos de la I.E José Andrés Rázuri presentando un sociodrama motivacional. Profesor Franklin Llajaruna




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