domingo, 10 de octubre de 2010

DESARROLLANDO PROCESOS AFECTIVOS

Profesor Hugo Bueno y alumnos de tercer año de la I. E Leoncio Prado
Los valores y las actitudes constituyen los procesos afectivos y como tales se identifican en forma de logros afectivos, que poseen dos niveles fundamentales: logros por valores y logros por actitudes. Desde esta perspectiva son a la vez verticales y transversales.
Entendemos por actitud una predisposición estable hacia,... cuyo componente fundamental es afectivo. Es evidente que las actitudes poseen además un componente cognitivo (que implica saber algo de...) y un componente comportamental o práctico (se desarrollan por la práctica).
Las capacidades y habilidades poseen también estos tres componentes: cognitivo, afectivo y comportamental o práctico. Pero la diferencia entre una capacidad y un valor, una habilidad y una actitud radica en el componente fundamental, de una capacidad y una habilidad es cognitivo y el componente fundamental de un valor y una actitud es afectiva. Son los valores y las actitudes quienes dan tonalidad afectiva a las capacidades y a las destrezas. De este modo podemos hablar de razonamiento lógico cooperativo o razonamiento lógico individualista. Como consecuencia afirmamos con contundencia que los valores y las actitudes se desarrollan sobre todo por métodos / procedimientos / actividades, entendidos con formas de hacer. Son las formas de hacer con tonalidades afectivas (cooperativas, tolerantes, respetuosas,...) el modo más adecuado para desarrollar los procesos afectivos.
Por otro lado, para desarrollar los valores es necesario descomponerlos en actitudes, ya que un conjunto de actitudes constituye un valor. No basta con decir cómo desarrollamos la solidaridad, sino que es necesario en primer lugar preguntarse ¿qué entendemos por solidaridad? De este modo identificamos las actitudes que constituyen un valor y posteriormente trataremos de concretar cómo desarrollamos las actitudes que constituyen la solidaridad por medio de métodos / procedimientos / actividades.
Para identificar los valores y las actitudes a desarrollar en los niños y jóvenes de una institución educativa recomendamos la elaboración de una taxonomía afectiva local - institucional (Cartel de valores y actitudes), con lo cual acotamos los logros afectivos de dicha institución (Román y Díez, 1994). De este modo de una manera colectiva y en equipo convertimos el pensamiento tácito de una institución u organización en explícito. Recordemos que los valores y las actitudes constituyen la tonalidad afectiva de una organización y son una parte muy importante de sus creencias y presunciones básicas (ideología) de una organización.
Las capacidades y habilidades, los valores y las actitudes de un Proyecto Educativo Institucional, de un Diseño Curricular Nacional, de un Programa Curricular para un ámbito específico o de Aula... constituyen el ADN básico de una organización educativa y dan coherencia y consistencia a su entramado cultural.
Son sus procesos cognitivos y afectivos básicos y por tanto son sus logros cognitivos y afectivos más relevantes a desarrollar. Los valores y actitudes constituyen la cara de una moneda y las capacidades y habilidades el sello de la misma moneda o a la inversa. No deben existir capacidades sin valores (o antivalores) como tampoco una inteligencia sin afectos o emociones (inteligencia afectiva o inteligencia emocional). Las capacidades y los valores se desarrollan sobre todo por la metodología y actividades de aula y ello pasa necesariamente por la construcción de actividades como estrategias de aprendizaje, orientadas al desarrollo de procesos cognitivos y afectivos.

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